lunes, 31 de octubre de 2011

CARTA A ADRIÁN




Hace unos días un amigo fue padre por primera vez. Se me ocurrió escribirle una carta al chiquitín. Ya sé que los recién nacidos no saben leer, pero quién sabe, a lo mejor este es un supermegadotado. Esto es lo que le escribí.



Hola Adrián. Bienvenido al mundo. Ha sido duro ¿verdad? Con lo bien que estabas acurrucadito en el útero de tu mamá, protegido, calentito... y de repente todo ese ajetreo. Pero ya ha pasado. Ahora a dormir y a mamar, sin tener idea de la que has montado. Has protagonizado una de las experiencias más importantes en la vida de tus padres. A tu alrededor poco a poco se irán desplegando imágenes, sonidos, sonrisas, gente que habla, que viene y va... Una locura que irás descubriendo poco a poco, con atención, lágrimas y alegría.



Este mundo al que vienes no es un lugar aburrido. Con el tiempo todo cambia: las modas, la tecnología, las normas sociales, todo. Y te guste o no tendrás que adaptarte a ello, porque a partir de ahora formas parte de la humanidad. Tendrás que relacionarte con cientos de personas iguales que tú y a la vez diferentes. A veces demasiado diferentes, pero en el fondo iguales. Todos nos ponemos caretas para que no nos reconozcan y evitar que nos hagan daño, pero poco a poco tendrás que aprender a quitártela, porque a la larga llevarla puesta duele más. No olvides que a pesar de las miles de posibles diferencias en cuestión de personalidad, ideologías, formas de vestir, costumbres, gustos, etc., todos en el fondo queremos lo mismo: ser felices, compartir, que nos traten bien, no tener miedo ni dolor. Todos nos necesitamos unos a otros, vamos en el mismo barco.


Hay gente que hace la guerra: tortura y mata a personas y animales. No los mires con odio. Son personas que han aprendido a hacer eso y con el tiempo quizás se arrepientan. Cada persona es un mundo, y tú tienes que dedicarte al tuyo y al de las personas que quieres. No pierdas el tiempo en otra cosa.



No dejes que tus miedos te engañen, Adrián. Son unos farsantes. Arráncales la máscara y atrévete a vivir a fondo lo que la vida te traiga. Si quieres reír, ríe. Si quieres llorar, llora. Si quieres gritar, grita. Haz lo que quieras mientras no hagas daño a los demás; a veces no lo podrás evitar, por eso tendrás que pensarlo bien antes de dar el paso.


Aprende del pasado y no lo uses para justificar las dificultades de hoy. No sirve de nada. El futuro, si llega, ya llegará. Concéntrate en el ahora, en el día a día, en lo que haces, en lo que tienes, en lo que eres.



No busques alguien con quien compartir tu vida. Busca el amor que se revela en cada hoja del árbol, en cada gota de lluvia, en cada rayo de sol. Si abres bien los ojos verás amor en un silencio, en una mirada, en el arte, hasta en el sufrimiento. Ese amor llenará de luz tu mirada para que ilumine el camino hacia alguien que sepa apreciarla, y podrá nacer una hermosa historia que quizás algún día termine, pero siempre te acompañará.


Nunca digas “nunca”, dí siempre “quizás”. La vida es un misterio, no pretendas saber más que ella porque te desengañarás. Tanto lo bueno como lo malo, todo es posible. Por eso, si las sombras te acorralan, no te permitas perder la esperanza. Sigue caminando. Detrás de las nubes, el sol te está esperando.



Y por último no olvides, Adrián, que cada una de tus células son hijas y a la vez semillas del amor. Cultívalas para que den su fruto al mundo y puedas agradecerle todo lo bueno que te ha dado y te seguirá dando.


No te doy un abrazo porque te puedo espachurrar. Un besito... pero no te eches a llorar.


4 comentarios:

untopic dijo...

Me encanta la idea. Bonito regalo para Adrián.

Alberto dijo...

Sí, siempre que los padres lo guarden hasta que el niño sepa leer y decir: "Vaya mierda, yo quería una Play".

Gracias hermano.

MYA dijo...

Un regalo muy original para Adrián y para tod@s los recién llegados a esta realidad.

Alberto dijo...

Pues sí, MYA. Ahora sólo hace falta que Adrián crezca y aprenda a leer y la lea y la relea y le cale hondo y le guíe en su caminar. Casi nada.

Muchas gracias.