lunes, 30 de noviembre de 2009

NUESTROS LIMITES


Hace poco hicimos algo diferente en la piscina. La monitora nos dió a cada uno un vasito de plástico y nos contó de qué iba la cosa: teníamos que llenarlo de agua, colocarlo en nuestra frente, y nadar boca arriba con piernas de crol... sin que se cayera el vaso. Mi primera reacción fue de incredulidad: “¡eso es imposible!”, protesté. Pero para mi sorpresa no sólo era posible, sino que resultaba hasta fácil. Más tarde la monitora fue complicando aún más los ejercicios, pero yo ya no me atreví a decir nada. Y volví a comprobar una y otra vez que lo que a priori parecía difícil, luego no lo era tanto, o apenas lo era.

Una vez más tuve que reconocerlo: tendemos a prejuzgar las cosas, y y infravalorarnos, ignorando de lo que somos realmente capaces. Hay una frase que se lee en muchos libros de autoayuda: “Si crees que puedes, puedes, si crees que no puedes, no puedes”. No estoy de acuerdo. A veces creemos que no podemos, y resulta que nos equivocamos, y viceversa. Depende del grado de conocimiento que tengamos de nosotros mismos. “Querer es poder”. Pues no siempre. Pero sí con mucha más frecuencia de lo que creemos. Porque no somos omnipotentes, pero ignoramos con mucha frecuencia nuestro enorme potencial.

Un ejemplo de superación lo encarnó una mujer que murió en 1968. Fue activista política y se graduó con honores en la Universidad de Radcliffe. Pero resulta que esa mujer, que nació en una pequeña ciudad rural de Alabama, a los 19 meses de edad contrajo una fiebre y se quedó sordociega durante el resto de su vida. Se llamaba Hellen Keller. Y llegó a decir cosas tan sabias como estas:

"Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos."

"No soy la única, pero aún así soy alguien. No puedo hacer todo, pero aún así puedo hacer algo; y no renunciaré a hacer lo que sí puedo, sólo porque no lo puedo hacer todo."


"La vida o es una aventura atrevida o no es nada."


¿Qué decir ante ejemplos como éste? No hay que decir nada, sino comprender que nuestros límites suelen reducirse a una simple idea, y que de nosotros depende tomar las riendas y empezar a cabalgar en dirección a nuestros más profundos anhelos, sin olvidar que el verdadero éxito no se mide por lo que conseguimos, sino por los obstáculos que hemos tenido que superar para conseguirlo.



No hay comentarios: