lunes, 16 de noviembre de 2009

INFORMACIÓN INÚTIL


Hace poco leí en el libro “Brújula para navegantes emocionales” de Elsa Punset, la historia que le contó Linda, una mujer dedicada a la prevención de la violencia en las aulas de Nueva York, sobre uno de sus alumnos, Eugene, al que ella formó para ser estudiante mediador dentro del programa de educación socioemocional, en su escuela del Bronx. Cuando una de las profesoras le preguntó a Eugene qué meta tenía para el futuro contestó: “Seguir vivo a los 21 años”. Tenía entonces 18 años. Al poco tiempo Linda recibió una llamada de la directora de la escuela de Eugene. Le dijo que el chico estaba “en el sitio equivocado en el momento equivocado” y que una bala perdida lo había derribado mientras caminaba por las calles de su barrio. Estaba en el hospital, paralizado de cintura para abajo.

“Tardé dos días en reunir suficiente coraje para poder ir a verle –cuenta Linda-. Entré en la sala del hospital y entre más de treinta jóvenes en sillas de ruedas, vi a Eugene. Le pregunté: “¿Cómo estás?”. Nunca podré olvidar su respuesta. “No he estado bien hasta ahora, pero esta mañana me he despertado y he decidido encontrar el lugar en mi corazón donde poder perdonar al tipo que disparó la bala”. Atónita, Linda le preguntó: “¿Cómo puedes hacerlo?”, y Eugene contestó: “Me he dado cuenta de que yo podía haber sido ese tipo si no hubiese aprendido que hay caminos mejores”.

Éste es el tipo de historias que me gustaría oír en los telediarios y leer en los periódicos, en lugar de la gravedad de la lesión de Cristiano Ronaldo, o el número de días que lleva secuestrado un barco español, o la respuesta de Rajoy a las declaraciones de Esperanza Aguirre, etc.

Nos dejamos arrastrar cotidianamente por una cantidad de información sencillamente inútil, y con frecuencia nos olvidamos de lo realmente esencial, de las preguntas que marcan la diferencia entre pasar por la vida o que la vida pase por ti. Preguntas como: ¿por qué hago lo que hago? ¿estoy siendo yo mismo o intento complacer a otro? ¿esta decisión me abre puertas o me las cierra? ¿elijo desde el amor o desde el miedo? ¿estoy dando de mi todo lo que puedo? ¿qué es lo que realmente deseo? Esta es la información realmente interesante, la melodía que deberíamos escuchar, esa que sólo se oye cuando estamos en silencio, con nosotros mismos, sin prisa... en esos momentos en los que la mente se aquieta y la vida nos regala destellos de una claridad maravillosa.


6 comentarios:

MYA dijo...

Bonita historia, y buena teoria es mejor apagar la televisión, seleccionar lo que leemos y mirar a nuestro alrededor...
Que tengas muchos momentos de claridad.

Un abrazo.

Alberto dijo...

Más que mirar a nuestro alrededor, yo diría mirar en nuestro interior. Veremos fuera lo que veamos dentro.
Que tengas también muchos momentos de claridad.

Un abrazo.

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Firnaría esta entrada, lástima que se manipule a tantas personas "dormidas" desde la TV y el miedo a la vida por distintos frentes.

Un abrazo

tina dijo...

IMPORTANTE MIRAR EN NUESTRO INTERIOR, LA DIFICULTAD ES QUE A VECES NO SABEMOS QUÉ MANDO O CANAL ES EL ADECUADO PARA INICIAR ESA VISIÓN CON NOSOTROS MISMOS,,LO BUENO SEGUIR SIEMPRE INTENTÁNDOLO,,,SIEMPRE HAY MOMENTOS ,,DE LUCIDEZ,,,
UN ABRAZO,,
Y SUERTE ,,,,
CRIS

Alberto dijo...

Gracias, Concha y Cris por vuestros comentarios. Un abrazo a las dos.

Nebroa dijo...

Aunque no lo digan en la tele, si te fijas (es un decir, ya sé que lo sabes), hay muchas otras vías desde donde ver lo verdaderamente importante. Al fin y al cabo creo que es algo que nace desde dentro, esas ganas de buscar, de conocer, de saber, esa inquietud, al final, te lleva a lugares donde la noticia de la que hablas está fresquita y a la vista. Como aquí en tu rincón, o en el libro de la primera estantería que hay en la librería de la esquina, o en la conversación con el vendedor de lotería...
Anda, dame un poco de optimismo :)