lunes, 15 de diciembre de 2008

SOBRE EL SUFRIMIENTO

Hace unos días Fernando Sánchez-Dragó publicó un artículo sobre la muerte accidental de su gato. El escritor, destrozado, expresaba su dolor sin cortapisas, sin consuelo alguno. Era obvio que lo que sentía por ese animal con el que convivió durante dos años era amor con mayúsculas. De vez en cuando he oído decir que se puede querer a un animal tanto o más que a una persona, y no tenía motivos para dudar de ello, pero siempre oía dentro de mí una vocecita que susurraba: quizás es un poco exagerado. Ahora lo tengo claro: es posible amar a un animal tanto como a una persona.
Recuerdo que hace años un amigo me dijo que el día que murió su perro había sido el peor día de su vida. Pensé que mi amigo no había sufrido mucho a lo largo de su vida. Y quizás había sido así, pero eso no me daba derecho a subestimar su dolor. Era tan legítimo como cualquier otro. Porque el sufrimiento es algo tan personal que es difícilmente medible. Una persona puede perder a su hijo y creerse la persona más desgraciada del mundo, mientras que otra puede perder cien euros y creerse la persona más desgraciada del mundo. Curiosamente, he llegado a ver personas discutir por quién había sufrido más. A veces nos creemos tan poca cosa que podemos llegar a usar el hecho de haber sufrido como motivo para sentirnos superiores. Como si el hecho de sufrir nos confiriese más derecho que otros a quién sabe qué. Pero sufrir no hace superior a nadie. El sufrimiento puede humanizar, hacernos más comprensivos, más sensibles. Pero tiene que ser bien digerido, de lo contrario se enquista y se transforma en resentimiento. Entonces en lugar de ayudarte a crecer, te hace peor persona.
Hay que aprender a sacarle partido al sufrimiento para desactivar su poder en nuestra vida. Quien no lo hace está condenado a seguir sufriendo, pero quien aprende tiende a distinguir con más claridad el sufrimiento que es necesario del que no. El primero tiene su origen en un hecho real, y no se puede evitar. El segundo es producto de la mente mal educada, de las ideas erróneas y una forma perjudicial de procesar la realidad. De esta manera, al sufrimiento desnudo, al dolor que rompe el corazón, habitualmente le añadimos ese sufrimiento que se convierte en una espiral de la que es difícil salir, ese sufrimiento que hay que evitar porque nos roba la misma vida.

4 comentarios:

tina22 dijo...

UNA LÓGICA EMOCIONAL APLASTANTE.
CREO SINCERAMENTE QUE SE APRENDE MÁS DE LOS MALOS MOMENTOS QUE DE LOS BUENOS.LA ADAPTACIÓN A LA ALEGRÍA ES INSTANTANEA SIN RESISTENCIA PERO AL SUFRIMIENTO LA MENTE HACE RECORRIDOS LABERÍNTICOS DONDE NO VE MÁS ALLÀ DE LA PARED QUE LE IMPIDE EL PASO.
HAY QUE ABRIR OTROS ÁNGULOS PARA DARSE CUENTA QUE SIEMPRE HAY UNA SALIDA Y HAY QUE BUSCARLA DENTRO DE UNO MISMO.EL SUFRIMIENTO ES UNA EMOCIÓN EXTREMA DONDE APRENDER A GESTIONARLA NOS HACE MEJORAR NUESTRA VIDA.Y PARA APRENDER HAY QUE PASAR POR ELLO, HAY QUE CAMINAR TODOS LOS CAMINOS.Y ADAPTARSE AL SUELO QUE SE PISA.

UN ABRAZO ALBERTO.

Alberto dijo...

Pues sí Cristina, el sufrimiento requiere abrir otros ángulos, otras perspectivas, ampliar la visión, porque el sufrimiento es eso: mirar hacia donde no tienes que mirar creyendo que no hay más que mirar.

Gracias por tu comentario.

Un abrazo.

Jose Manuel dijo...

Hola Alberto:
Ciertamente a un animal se le puede querer mucho, yo tuve una gata a la cual quería, aprendía de ella, admiraba la valentía del animal cuando se enfrentaba a un perro de raza rockwailer y lo mantenia a raya detras de un buzón de correos, todo ello para precerbar a sus pequeños de la amenaza de este perro, veia cualidades en este animal que me ayudaban a reconocerlas en mí para de esta forma potenciarlas, creo que ocurría con este animal, por sus caracteristícas, pero no tenía porque ocurrir con otro de su especie.Quizá el sufrimiento se supere utilizando esa energía negativa pero en positivo, recuerdo una anecdota que me contaron en una ocasiñon y es que era una mujer que fue prostituta en un momento de su vida y que posteriormente conoció el yoga y utilizo aquel tiempo de adversidad para superarse y se convirtió en una gran yoguina. Yo creo que es posible utilizar esa energçia que conlleva el sufrimiento y transformarla en positivo, lo que dicen de tener capacidad de aguante, capacidad de sufrir, esto se ve en deporte, por ej: en las carreras de marathon.El sufrimiento nos lleva al resentimiento y este le hecha la culpa a causas externas, en vez de responsabilizarnos de una manera positiva sin quejas, buscando lo positivo de la situación. Hay una frase que aprendí de la PNL que deice ¿para que sufres mientras sufres? su respuesta puede ayudar a diferenciar el sufrimiento real del que no lo es.

Alberto dijo...

Para qué sufres mientras sufres... interesante. Gracias José Manuel.