domingo, 16 de noviembre de 2008

EL SENTIDO DEL HUMOR


No confundamos: no es lo mismo el que se dedica profesionalmente a contar chistes, que el que se dedica al humor. El primero no hace otra cosa que contar chistes, y lo puede hacer con más o menos talento, mientras que el segundo lo que hace es inventar, crear ocurrencias graciosas. Una cosa es el cuentachistes y otra el humorista.

Y una cosa es ser gracioso y otra tener sentido del humor. Lo primero consiste en hacer reír a los demás. Lo segundo implica, además, tener una perspectiva amplia de la vida, una tendencia a relativizar los acontecimientos, una actitud un poco irónica. Es tan importante el sentido del humor que es rara la persona que admite no tenerlo. Cuando se le dice a alguien que no lo tiene, es habitual que se sienta ofendido y niegue lo que percibe como una acusación... reacción comprensible en alguien sin sentido del humor.

La risa y el sentido del humor no tienen por qué coexistir en la misma persona. He conocido personas que reían mucho, pero no tenían sentido del humor. A mí me interesan ambas cosas. Según mi experiencia, compartir el sentido del humor es algo importante a la hora de la seducción. Me gusta que ella se ría de mis ocurrencias, pero sólo cuando pienso que lo merecen. Una vez salí con una chica que se reía de cosas que a mí no me hacían ninguna gracia, lo que me proporcionaba una sensación desagradable. También me chirría el hecho de que la chica no se ría de alguna ocurrencia que a mí me resulta graciosa. Según algunos estudios, el hombre percibe como más atractiva a la mujer a la que hace reír fácilmente, mientras que la mujer percibe como más atractivo al hombre que sabe hacerla reír. Definitivamente, creo que un sentido del humor afín es más importante de lo que pueda parecer a la hora de establecer una relación.

En el sentido del humor se refleja nuestra manera de pensar, de percibir, de razonar. Si hay algo descorazonador es el hecho de contar o hacer algo con entusiasmo para obtener la risa de un grupo de oyentes, y no conseguir el objetivo. Y al revés: pocas cosas pueden ser tan reforzantes como desatar la risa de un grupo de personas. Pero probablemente lo mejor de todo sea reír juntos. Creo que es la segunda cosa que más une a dos personas. La primera es compartir las lágrimas.

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