lunes, 2 de mayo de 2011

TERAPIAS


Yo pasé por eso, y lo he visto en otros. Estar tan atrapados por el sufrimiento, que no nos abrimos a nuevas perspectivas. Preferimos sufrir a hacer cualquier cosa. Con cierta frecuencia me he encontrado a personas que reniegan de los psicólogos. Sencillamente, no confían en la posibilidad de que puedan ayudarles.

- Pero, ¿tienes la completa certeza de que no te puede ayudar?
- Mmmm... no...
- ¿Por qué no intentarlo, entonces?
- No me gusta tirar el dinero.
- ¿Entonces qué vas a hacer?
- No lo sé.

Está claro lo que va a hacer: seguir sufriendo. Siempre les digo lo mismo: no hay psicología, sino psicólogos. Puede haber tanta diferencia entre uno y otro como entre un pediatra y un cirujano.

Cómo nos aferramos a perspectivas que nos empobrecen, que nos duelen, que nos asfixian. Más cuando hay tantas posibilidades que pueden hacer retroceder a tu infelicidad: psicología tradicional, Gestalt, yoga, meditación, reiki, PNL, coaching, arteterapia, psicofármacos, flores de Bach, acupuntura, tai chi...

No sólo las terapias como tales pueden contribuir a tu equilibrio. Cualquier cosa que te haga sentir bien es terapéutica: pasear, hacer deporte, manualidades, pintar, jugar con tu sobrino, cocinar, hablar con una amiga, etc.

Posibilidades hay, y escepticismo ante ellas también. Pero cuando te sientes acorralado, sin saber qué hacer, no puedes quedarte sin hacer nada. Hay que hacer algo. Lo que sea. Aunque creas que no te va a servir. La acción es energía que dejas de emplear para alimentar tu sufrimiento.

Frecuentemente, una terapia implica dejarse ayudar, ya sea por un amigo, un familiar o un profesional. Hay gente que se resiste a esto, por una cuestión de orgullo, por no mostrarse débiles. El otro extremo es el de la gente que espera que el otro le resuelva los problemas, sin poner de su parte. Están dispuesto a dejarse ayudar, pero sin ayudarse a sí mismos.

En definitiva, el sufrimiento inmoviliza, y para salir de él hay que ponerse en acción haciendo uso de todos los recursos posibles. Sólo cuando se ha intentado todo, se puede decir que no se ha encontrado solución. Otra cosa es que no la tenga.

1 comentario:

Nebroa dijo...

Estoy así como sin muchas palabras... Sólo quería decirte que me encanta.
Y que das en el clavo en todos los aspectos. No es una terapia en concreto, no es una acción determinada la que nos sacará del desastre. Son muchas, en mezcla, por separado, escogiendo, quitando... La base, el inicio es ACTUAR. No quedarse en el mismo lugar, emprender el cambio. Puede que no encontremos, como dices, lo que buscábamos, pero lo único que tenemos claro al quedarnos quietos es que vamos a seguir obteniendo lo mismo. Ya sabes 'si quieres resultados distintos, no sigas haciendo lo mismo'. Esa es la gran frase/lema que de vez en cuando me indica la vida cuando empiezo a dormirme.
La voluntad es la fuerza más poderosa. Empieza, anda, muévete y ve descubriendo qué encuentras. Siempre puedes volver a tu estado anterior si es que no te gustase, no? No pierdes ese lugar al que tanto te aferras. Lo bonito es que una vez que te has movido, que has empezado a actuar nada permanece igual, en definitiva es aquello que querías al principio, no?

Pues menos mal que no tenía casi palabras Alberto! jajaja