domingo, 3 de octubre de 2010

DECISIONES IRRACIONALES



Hace tiempo leí un libro titulado “Las trampas del deseo”, de Dan Ariely. Este autor afirma que el ser humano tiene una tendencia a creer que controla sus decisiones basada en su propios deseos antes que en la realidad. Son errores irracionales que ejemplifica a través de experimentos como éste:


Cogieron a un grupo de médicos y les presentaron individualmente un caso de estudio de un paciente: un granjero de 67 años que había estado sufriendo de dolor en la cadera derecha por un tiempo. Le dijeron a cada médico: “decidiste hace una semana que no hay ningún medicamento que le funcione al paciente, así que le sugieres una terapia de reemplazo de cadera”. El paciente está, por tanto, esperando a ser operado de la cadera. Es entonces cuando a la mitad de los médicos le dicen: “ayer cuando revisaste el caso del paciente, te diste cuenta de que olvidaste probar una medicina, no probaste Ibuprofeno, ¿qué haces? ¿echas para atrás la operación e intentas el Ibuprofeno, o dejas que sigan para adelante con la operación?” La mayoría de los médicos, en este caso, decidían antes probar el medicamento.


Al otro grupo de médicos le dijeron: “ayer cuando revisaste el caso, decidiste que había dos medicamentos que no habías probado, Ibuprofeno y Piroxitam. ¿Qué haces? Y si la echas para atrás para probar Ibuprofeno o Piroxital, ¿cuál de los dos?” Y aquí viene lo bueno: la mayoría de los médicos deciden en este caso seguir adelante con la operación. El motivo: dar marcha atrás se hace más complejo. Hay una decisión más que tomar: ¿operación o medicamento? y ¿medicamento A o medicamento B?


Así, con frecuencia nos consideramos dueños de nuestras vidas, autores de cada una de las decisiones que tomamos en el día a día, sin sospechar que muchas de ellas ya han sido tomadas por fuentes externas a nosotros. Quizás saber esto nos lleve a no tomarnos demasiado en serio a la hora de tomar algunas decisiones. Nunca tendremos al 100% el control sobre nosotros. Puede ser deprimente... o estimulante.


Tú decides. ¿O no?

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