martes, 15 de septiembre de 2009

UN RELATO


Hoy me voy a permitir la licencia de compartir con vosotros un pequeño relato que escribí hace unos días. Espero que os guste.

C'EST LA VIE

Lourdes llora tumbada en su cama. Porque nadie la mira. Porque nadie la ama. Porque se ve fea aunque no lo sea. Porque es la única de sus amigas que aún no ha ligado. Para consolarse llama a la mejor de ellas, Amanda, que en ese momento tiene el móvil apagado porque está en una cafetería tomando un zumo tropical con un chico especial que conoció por Internet. Amanda piensa en la nobleza que desprende la mirada de aquel chico, que sólo piensa en tirársela. Suena entonces el móvil de él y se pone a hablar con un amigo sobre el partido de fútbol que jugaron el pasado domingo. Hubo polémica y los del equipo contrario la emprendieron con el árbitro, que terminó en una ambulancia como la que pasa ahora por delante de la cafetería, camino de casa de don Felipe, al que hace siete minutos le ha dado un paro cardiaco tras ver cumplido su gran sueño: que le tocase la lotería. Ha sido comprobar el número y le ha estallado el pecho. Menos mal que está en ese momento con su hijo Julio, un chico formal y responsable que estudia oposiciones y se está cagando en Dios porque ahora no va a poder irse de putas, como tenía previsto aquella misma noche. Tendrá que avisar a su amigo Fran, que justo ahora va corriendo tras el niñato que acaba de arrebatarle la cartera en plena calle. El niñato corre como alma que lleva el diablo hasta que por fin escapa, y al mirar lo que contiene la cartera encuentra la tarjeta de un psicólogo al que llamará dos días más tarde para que le ayude a desenganchase de la heroína y que en este momento camina por la acera de enfrente en dirección al Mercadona, donde se encontrará después de tantos años con Daniela, aquella chica a la que ignoraba totalmente cuando ambos eran compañeros en el colegio, y se quedará prendado de ella, porque ahora es una mujer simpática y tiene un tipazo, a pesar de que en su adolescencia pasó muchas tardes llorando, tumbada en la cama. Porque nadie la miraba. Porque nadie la amaba.

2 comentarios:

MYA dijo...

Muchas gracias por compartir este interesante y divertido relato.
besos.

Alberto dijo...

Me alegro de que te haya gustado. Aunque también habrá a quien no le guste... c'est la vie.
Besos.