viernes, 27 de febrero de 2009

LA MENTE QUE NOS USA


Un hombre quiere colgar un cuadro en su casa, pero no tiene martillo y decide pedírselo a un vecino que vive en el ático. En el ascensor piensa: “espero que me lo preste, porque con lo tacaño que es... además, la última vez que me lo encontré me saludó como desganado, parece que últimamente le caigo mal, y eso que yo no lo he hecho nada... ¿me tendrá manía?...”, y así va pensando hasta que por fin llama a la puerta, y al salir el vecino le grita: ¿pues sabes lo que te digo? ¡que te metas el martillo por el culo!”.

Este ejemplo, que tiene algo de chiste, se acerca a la realidad más de lo que me temo. Con demasiada frecuencia permitimos que nuestros pensamientos se desboquen y nos lleve a acciones que nos perjudican. Como dice el maestro espiritual Eckhart Tolle: “generalmente no usamos la mente, sino que es ella la que nos usa a nosotros”. La inmensa mayoría de nuestros pensamientos son inútiles. Pensamos mal, y pensamos demasiado. Y así nos va.

Porque en la escuela nos enseñan a adquirir conocimientos, pero no a controlar la herramienta con la que los adquirimos, que es la mente. Ésta es caprichosa e inestable. Salta de un pensamiento a otro constantemente. Estamos conduciendo y pensando, leyendo y pensando, barriendo y pensando. Estamos siempre recordando, anticipando, fantaseando... o sea, malgastando energía, porque el pensamiento es energía.

Una vez trajeron a la habitación donde trabajo un radiador, y lo colocaron al lado de una compañera. Inmediatamente pensé: ¿y por qué no lo han puesto a mi lado? ¿por qué ella tiene preferencia?... y empecé a sentir rabia, hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo: me estaba dejando llevar por la mente. Estaba anticipando un problema, ya que en aquel tiempo aún no era época de frío. Entonces pensé: ¿tengo algún problema ahora mismo? La respuesta es NO. Cuando haga frío, entonces quizás tenga un problema, pero ahora no lo tengo. Porque a la mente le gusta jugar con el tiempo, instalarse en el pasado o en el futuro para crear problemas.

Otro ejemplo: un amigo te dijo que te llamaría y no lo ha hecho. Y la mente empieza a trabajar: seguro que se ha olvidado, es un despistado... o qué informal... ya no vuelvo a quedar con él, etc. A ver, hay una realidad: tu amigo quedó en llamarte y no lo ha hecho. Y punto. No hay más que pensar. ¿Para qué? ¿para que luego te llame tu amigo y te diga: “perdona, me robaron el móvil y no pude avisarte”? No interpretes, no presupongas, no pienses. Céntrate en lo real, en el hecho: tu amigo no te ha llamado. Todo lo que pienses a partir de ahí es innecesario.
En definitiva, a menudo nuestros problemas no son otra cosa que pura imaginación.

sábado, 14 de febrero de 2009

AMAR... GURA


Hoy se celebra San Valentín, es el “día de los enamorados”, pero en las noticias se habla del amor, incurriendo en el desatino de confundir los términos, porque una cosa es el amor, y otra el enamoramiento. El psicólogo José Mª Doria los distingue afirmando que el amor es buscar la felicidad DE la persona amada, mientras que el enamoramiento es buscar la felicidad EN la persona amada. Cuando los confundimos se tiende a cumplir lo que dice Herman Hesse del personaje de una de sus novelas: “Él había amado y se había encontrado a sí mismo. La mayoría, en cambio, aman para perderse”.

El enamoramiento es una alteración química, y como tal tiende a volver al equilibrio. No se puede pretender vivir en ese estado permanentemente, pero la literatura, las canciones y el cine no colaboran a la hora de ofrecer una idea realista del amor. Así arraigan ideas disfuncionales, como:

* En el amor es normal sentir celos.
* El amor es ciego.
* El amor lo cura todo.
* El amor auténtico es aquel en el que entregas todo sin esperar nada a cambio.
* Cuando hay amor sobran las palabras.

El amor se tiende a confundir también con la dependencia, olvidando que una cosa es querer compartir algo con el otro, y otra necesitarlo. Cuando hay dependencia existe miedo a la pérdida de la persona de la que dependes, y el miedo es la antítesis del amor.

Otros errores son confundir el amor con la aprobación, con el sexo, con el sacrificio... Tiene razón Antonio Gala cuando dice que llamamos amor a demasiadas cosas.

Mi definición favorita es la que propone el psicólogo Carlos Odriozola: “Amor es desear y favorecer el desarrollo integral del otro”. Ojo: desear y FAVORECER. Emoción y acción. Teoría y práctica. Porque el movimiento, como dijo el filósofo, se demuestra andando.