viernes, 30 de abril de 2010

SANATORIO


Una cierta indiscreción ha llevado a extender determinada información más de lo esperado, así que de perdidos al río; lo digo con la cabeza bien alta: hace unos días estuve ingresado en una unidad de salud mental, o sanatorio, o como se decía antes, manicomio. La espiral negativa en que se había convertido mi vida me ha llevado a convivir con personas que no son tan diferentes de los que estamos fuera. Son personas que en determinado momento de sus vidas han “desentonado” con la sociedad enferma en la que vivimos.

Hay quien establece la dicotomía cuerdo-loco, cuando es un contínuo. Hay gente más sana y gente menos sana, pero la mayoría tenemos nuestras heridas y debilidades, e ignoramos con frecuencia la fragilidad en que se basan nuestras estructuras psicológicas. Hay también quien dice poseer el control absoluto de su vida. Tiempo al tiempo. Con la experiencia uno se da cuenta de que solemos guardar nuestros problemas en cajas que vamos amontonando en un armario. Llega un momento en que lo abrimos y se nos caen todas las cajas encima. A eso lo llamamos crisis. Se trata entonces de ir quitando cajas e ir guardando las menos posibles. Es tarea de toda una vida, pero no hay más remedio si queremos enfrentarnos al peor enemigo que tenemos: ¿adivinas quién?

martes, 13 de abril de 2010

PALABRAS BELLAS

Hoy quiero compartir con vosotros un par de cosillas que he encontrado. Espero que os gusten.
Las primeras pertenecen a una canción de Eladia Blázquez, que murió en Buenos
Aires hace algunos años. Dicen así:
Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia sin saber, adormecida...
Merecer la vida no es callar y consentir,
tantas injusticias repetidas...
Merecer la vida es erguirse vertical,
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad,
y a nuestra propia libertad
la bienvenida...
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir...
¡Honrar la vida!
La segunda es una frase de la madre Teresa de Calcuta:
"Pocos de nosotros pueden hacer grandes cosas, pero todos podemos hacer pequeñas cosas con gran amor"
Pues hala, a aplicarse el cuento, ¿no?

lunes, 12 de abril de 2010

PROBLEMAS


Los problemas se pueden presentar de tres maneras:

  1. De uno en uno. Termina un problema y se presenta otro, y así sucesivamente. Supongo que es la ideal.

  1. De forma contaminante. Tengo un problema en una área de mi vida, y ese problema afecta a su vez a otra u otras. Por ejemplo: tengo problemas económicos y eso contribuye a empeorar la relación con mi pareja.

  1. En forma de abanico. Se despliegan todos al mismo tiempo. Mi hijo tiene un accidente, me quedo en el paro y se muere mi padre.


Cuando el problema te sobrepasa puedes caer en un círculo vicioso en el cual das vueltas y vueltas sin hacer nada. Para salir de esta parálisis hay que hacerse algunas preguntas clave: ¿qué pienso? ¿qué quiero? ¿qué necesito? ¿qué deseo? ¿qué puedo? ¿qué tengo? y por último ¿qué sé?

Hay problemas que no tienen solución, con lo cual lo único que cabe es aceptar eso.

Hay otros problemas que sí tienen solución, pero ésta no depende de mí, o sólo de mí, entonces hay que dejar que la parte del problema que no me corresponde se de sí misma.

Finalmente hay problemas cuya solución es a largo plazo. Solemos cometer el error de confundir estos problemas que requieren más tiempo con los que no tienen solución. Hay un adagio que dice: hay momentos para hacer las cosas, y hay momentos para dejar que las cosas se hagan.